La obraEl relato comienza la noche exacta en que la protagonista decide separarse de su marido, después de quince años de matrimonio, y con una hija de ocho en medio.
La narración intercala hechos de la infancia, del pasado y del presente que subyace en el imaginario social de una ruptura de pareja, mientras se pasa revista a los personajes centrales: una mujer cuarentona y tímida, de niñez fóbica; una hermana mayor “superada”; un padre contenedor y una madre ególatra y ausente, todo entremezclado con recuerdos y situaciones actuales: la amistad con un varón de origen oriental, los consejos de la psicoterapeuta, los primeros encuentros con el sexo opuesto, la búsqueda de realización en la actividad personal y un conglomerado de “tics” propios de una vida solitaria, y de la desesperanza de vivir en esa soledad, casi como en cautiverio. “Un mundo de hombres y mujeres, la mayoría en la mitad de la vida, instalados en la soledad como si fuera un paisaje único. Un lugar donde han comenzado a atrincherarse por comodidad, por dolor o por miedo”, al decir de su autora.
Conclusión
El libro desgrana con ahorro de palabras el sentir promedio de una mujer de cuarenta y pico, a la que el hastío de lo cotidiano, la falta de identificación o de objetivos comunes con su pareja, la lleva a la separación. En sus escasas páginas se recogen la historia del círculo familiar, la elaboración de los vínculos capaces de dar un sentido de pertenencia, el culto por la amistad hombre – mujer (tan poco creíble en estos días) y el devenir de nuevos encuentros con el sexo opuesto, que cuestionan su evolución futura así como la nostalgia por el pasado, por eso que fue pero ya no es.
Un texto escrito por una mujer, destinado a mujeres mayoritariamente, pero que todo hombre también debiera leer para aprender algo más acerca de “la visión femenina de la vida”.
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