Todo comienza cuando una amiga me comenta que fue de vacaciones de verano a España y allí todos temían por robos, asaltos o simplemente sienten temor ante la inseguridad que como turistas sentimos cuando visitamos otro pais o desconocemos el nivel de seguridad en donde te encuentres o lo que es peor convives todos los días con un índice alto de inseguridad y desconcierto además de leer las noticias en los diarios que dejan de ser mas que negativas en cuanto a nuestra seguridad cotidiana.
¿Cuántas veces miras a un lado y a otro de la calle antes de abrir la reja que separa tu casa del mundo? ¿Reemplazó el anillo de casamiento que solía usar, o evita ir a lugares en donde hay mucha gente?
cuantas veces pones tu cartera debajo de tu brazo y si llevas cámara de fotos la escondes de tal manera que se hace difícil sacar una foto instantáneamente?Caminas agarrado de tus hijos como si fueran a caerce en cualquier momento o esperas algún tirón o arrebato a tus pertenencias?
Tus hábitos han cambiado en los últimos tiempos, hayas o no sufrido o presenciado un hecho violento. Es que la sensación de inseguridad no necesita de las estadísticas delictivas para afectar el bienestar mental de la población, al provocarle ansiedad, aislamiento, fobia social, pánico y hasta delirio de persecución. . Si está dentro de una casa o un ambiente protegido, hay que detener el estado de alerta, tratar de relajarse e intentar disfrutar del entorno".Así también, tomar los recaudos necesarios para que nuestro entorno sea mas confiable ya sea en nuestras salidas nocturnas o al simplemente abrir la puerta de nuestra casa.
Con la inseguridad sentimos instantáneamente desconfianza y entramos en una defensa constante es decir, la necesidad de vivir permanentemente en un estado de alerta que impide distenderse un minuto por la sensación de que algo atacará.
La reacción inmediata es negar o decir que a uno no le va a pasar, ya que es imposible circular sin defensa en una situación general de riesgo", dijo la doctora Lía Ricón, profesora de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Favaloro.
Inconscientemente, en el camino la población va dejando su felicidad, su capacidad creativa, su interacción social y su productividad.
"Hay una especie de acostumbramiento y resignación: la realidad es así y tengo que vivirla de esa manera -agregó Ricón-. Lo más grave es que en el mediano y largo plazo aparecen los sentimientos de depresión y desgano."
Según el Instituto Latinoamericano de Seguridad Pública (Inlasep), la sensación de inseguridad en Argentina reapareció con fuerza en el invierno de 2006. Ese año, el sondeo local del Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana halló que el 89% sentía temor de ser víctima de un delito, contra el 77% en 2005.También sin muchas variaciones a los porcentajes siguen los países México, Colombia, Brasil y otros países quienes con el aumento de turistas en temporadas de vacaciones suele aumentar el índice delictivo de manera drástica.
Un estudio del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad de México (Icesi) demostró que por cada persona que sufre un delito, 25 creen que van a ser víctimas de la inseguridad y dejan de hacer sus actividades habituales.
La sensación de inseguridad no se contrarresta negándola, sino mediante la lucha contra el delito y el miedo que genera.
Nuestra seguridad y la inseguridad de los demás son cuestiones que despiertan mucho interés porque están relacionadas con nuestro propio bienestar físico y mental y en nuestra sociedad.
El Descreimiento en las instituciones, como la justicia, la educación o la salud pública, refuerzan esa sensación de inseguridad.
Si bien ya se sabe que las cosas pasan cuando tienen que pasar, tambien pensemos que lo importante es disfrutar de nuestros dias, ya sea en vacaciones o el la vida diaria, no dejemos que el panico por la inseguridad se apodere de nuestros mejores momentos.
¿Cuántas veces miras a un lado y a otro de la calle antes de abrir la reja que separa tu casa del mundo? ¿Reemplazó el anillo de casamiento que solía usar, o evita ir a lugares en donde hay mucha gente? cuantas veces pones tu cartera debajo de tu brazo y si llevas cámara de fotos la escondes de tal manera que se hace difícil sacar una foto instantáneamente?Caminas agarrado de tus hijos como si fueran a caerce en cualquier momento o esperas algún tirón o arrebato a tus pertenencias?
Tus hábitos han cambiado en los últimos tiempos, hayas o no sufrido o presenciado un hecho violento. Es que la sensación de inseguridad no necesita de las estadísticas delictivas para afectar el bienestar mental de la población, al provocarle ansiedad, aislamiento, fobia social, pánico y hasta delirio de persecución. . Si está dentro de una casa o un ambiente protegido, hay que detener el estado de alerta, tratar de relajarse e intentar disfrutar del entorno".Así también, tomar los recaudos necesarios para que nuestro entorno sea mas confiable ya sea en nuestras salidas nocturnas o al simplemente abrir la puerta de nuestra casa.
Con la inseguridad sentimos instantáneamente desconfianza y entramos en una defensa constante es decir, la necesidad de vivir permanentemente en un estado de alerta que impide distenderse un minuto por la sensación de que algo atacará.
La reacción inmediata es negar o decir que a uno no le va a pasar, ya que es imposible circular sin defensa en una situación general de riesgo", dijo la doctora Lía Ricón, profesora de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Favaloro.
Inconscientemente, en el camino la población va dejando su felicidad, su capacidad creativa, su interacción social y su productividad. "Hay una especie de acostumbramiento y resignación: la realidad es así y tengo que vivirla de esa manera -agregó Ricón-. Lo más grave es que en el mediano y largo plazo aparecen los sentimientos de depresión y desgano."
Según el Instituto Latinoamericano de Seguridad Pública (Inlasep), la sensación de inseguridad en Argentina reapareció con fuerza en el invierno de 2006. Ese año, el sondeo local del Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana halló que el 89% sentía temor de ser víctima de un delito, contra el 77% en 2005.También sin muchas variaciones a los porcentajes siguen los países México, Colombia, Brasil y otros países quienes con el aumento de turistas en temporadas de vacaciones suele aumentar el índice delictivo de manera drástica.
Un estudio del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad de México (Icesi) demostró que por cada persona que sufre un delito, 25 creen que van a ser víctimas de la inseguridad y dejan de hacer sus actividades habituales.
La sensación de inseguridad no se contrarresta negándola, sino mediante la lucha contra el delito y el miedo que genera.
Nuestra seguridad y la inseguridad de los demás son cuestiones que despiertan mucho interés porque están relacionadas con nuestro propio bienestar físico y mental y en nuestra sociedad.
El Descreimiento en las instituciones, como la justicia, la educación o la salud pública, refuerzan esa sensación de inseguridad.
Si bien ya se sabe que las cosas pasan cuando tienen que pasar, tambien pensemos que lo importante es disfrutar de nuestros dias, ya sea en vacaciones o el la vida diaria, no dejemos que el panico por la inseguridad se apodere de nuestros mejores momentos.
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